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Pequeños textos – Ira retenida


21 de marzo 

A veces parezco un hombre de mediados del siglo XIX, tan correcto, obediente y humilde. Y otras un puto loco, donde mi ira llega a puntos extremos y es difícil de controlar. Trabajo sin descanso y gano o mejor dicho gasto, lo justo para mi sustento este hecho creo que me hace diferente. Además me siento bien y alegre cuando me siento útil y puedo servir a otros. Pero no puedo dejar de sentirme acosado por esa falta de respeto o de ética por los pensamientos de otros. Hoy la humillación llegó a mi ego más profundo, maldije mi propia vida y la mala suerte que había tenido durante años.

Logré la calma cuando ya estaba en la cama; acompañado por mis pocas pertenencias y arropado por casa que alquilo. ―Mañana será distinto― se dijo y una voz dentro de mi cabeza no paraba de recordarme que la lucha por ser distinto, debía de continuar.



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