No tan cerca; primero despréndete de ese viento que ata tu cintura y luego admite que mis ojos son la ráfaga que da vértigo a tu cuerpo. Entonces, seré quien resquebraje las raíces que se acumulan en los escombros de aquellas vírgenes que tienen tus manos amarradas a los tobillos de la locura. No tan cerca; deja que corra el aire entre la lluvia y la bóveda de ese amor supurado que se fuga de lo probable. Que más tarde, sólo más tarde, buscaré ese borde del día donde se pierde la luz y comenzaré a amarte Publicada en, el tren de abril , año 2014.
AVENTURAS EN VERSO - POESÍAS RELATOS Y OTRAS HIERBAS