¿Qué es un soliloquio?, querrás saber, es alguien
que habla solo o consigo mismo, es decir un solo hablante que pone en primer lugar
su mundo interior. Esto se denomina monólogo interior.
Es un buen ejercicio para desinhibir la escritura. A mucha gente le lleva años poder escribir un monólogo interior. Es una modalidad narrativa que nos enseña a romper moldes y a dar un paseo por nuestro inconsciente.
Esto del soliloquio o del monólogo interior les
sucede a todos los mortales, ya que el cerebro nunca deja de trabajar, ni
cuando dormimos. Pero a diferencia de los demás mortales, nosotros somos
escritores y debemos estar atentos a todo ese caos interno que tenemos.
Imagínate que estas escribiendo una novela y tu
personaje tiene un dilema que resolver, o más que un dilema una escena compleja
donde sus sentimientos están a flor de piel y no sabe qué hacer. El narrador
deja las vivencias del personaje, lo lógico y da paso al sentido individual.
Por ejemplo:
Lo lógico:
―Subí
al coche. El móvil empezó a sonar con mi canción preferida. El trafico que cada
vez se acumulaba más delante de mis ojos, me hacía pensar que no iba a llegar a
mi trabajo. Frene. Busqué el manos libres. Era Matías…
Sentido individual:
―Subí
al coche. El móvil empezó a sonar, no deja de sonar, mi canción favorita me
taladra el cerebro, sigue sonando. El tráfico es muy denso y se amontona
delante de mis narices. Quiero llegar a mi trabajo, no quiero hablar con nadie,
el transito me frena, ¿quién llama, qué pesado?...
Una cosa así sería un monólogo interior. Esto es
entrar en la conciencia del personaje.
¿Cuándo sucede este momento, el de hablar con uno
mismo?
Pues muchos dicen que cuando estamos cansados que es
el momento de menor concentración, que es cuando el cerebro se dispara y sale
nuestro monólogo.
En los procesos creativos es necesario poner en
contacto nuestro cerebro consiente con el inconsciente. Y te darás cuenta de
esto porque tú como yo que escribimos poesía, relato y algún proyecto de novela,
necesitamos dominar algunos recursos técnicos, gramaticales y trabajar de forma
consciente. Pero para todo hay gradaciones, un desarrollo y debemos olvidarnos
de forma aparente de este proceso de creación y escuchar al inconsciente y
comenzar este viaje por nuestro interior y dejar lo lógico de lado. Se da
rienda suelta a la creatividad y se usa un lenguaje libre y sin censura; con imágenes
violentas, un vocabulario vulgar, pensamientos puros. Una escritura automática.
Hay que dejar la mano suelta.
Una buena lectura de monólogo interior es: Ulises de Joyce.
Cómo puede ayudarte un monólogo interior en tu
estilo lingüístico:
En la credibilidad de
tu relato, permite caracterizar mejor tus personajes y habla directamente con
el lector.
Tiene distintos
registros lingüísticos ya que el personaje se expresa mediante su cultura, usa su
propio lenguaje. El personaje habla por sí solo.
Muestras tu verdadero
tú, tu interior, lo que realmente piensas.
En definitiva:
Escribir un monólogo interior es excavar en lo más
profundo de nosotros o de nuestros personajes. Esa voz que se obtiene al
escribirlo es en realidad la verdadera esencia, nuestras sensaciones en un estado
primario. Y recuerda debes romper las reglas, evitar explicaciones y generar
cierto caos.
Disfruta escribiendo un monólogo interior, te
sorprenderá el resultado.
SUERTE EN ESTA
AVENTURA. BUCEA EN TU UNIVERSO Y POR SOBRE TODO CONFÍA EN TI Y ESCRIBE.
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