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¡Qué buena idea! - cuento infantil



Primera Edición

Año © 2014 – Todos los derechos reservados

Maquetación: Graciela Giráldez

Autor: Graciela Giráldez

Edición: Lulu Enterprises, Inc.

Idioma: Castellano


ISBN: 978-1-291-77178-7

Teruel, Marzo del 2014


Nota de autor: Las imágenes de este cuento fueron sacadas de internet.
La Portada y el cuadro del pueblo son de la artista plástica
María Dolores Giráldez. 
Titulo del cuadro: Pueblo Lacustre Óleo de 30 x 40


En este valle de Cañada Alta vive Serafín, un viejo burro carpintero muy conocido en el pueblo por sus tallados en madera. Vive junto con  su esposa Doña Josefina.


Hoy es un día especial para Serafín porque es el cumpleaños de  Doña Josefina y quiere hacerle  un regalo exclusivo, maravilloso, que se quede sin palabras al verlo, pero… ¿qué regalarle? 


Se sentó en la esquina de la mesa y comenzó a pensar, ¡no se le ocurría nada!,  hasta que  de pronto dijo entusiasmado:
-      ¡Ya está… qué más especial que hacerlo con mis propias manos!




Se cambió de ropa y  fue a su antiguo taller. Empezó a mirar pero… ¿qué podía hacer? A Doña Josefina no le gustaba cualquier regalo. Buscó en los cajones de la izquierda y de la derecha, miró y miró  por todos los rincones, ¡pero no encontró  nada que lo inspirara!

En ese momento golpearon la puerta. Era Gorgorito, un pajarito amigo de Serafín. Gorgorito vivía a las afueras de la ciudad, llevaba toda la noche  
viajando para llegar temprano a casa de Serafín. Se asomó  y dijo con voz cansada:
-       Serafín,  Serafín, ¿estás por ahí? 
-       ¡Sí! amigo, pasa por favor, ¡Que sorpresa tan grata! Dijo Serafín contento por la visita de su amigo.
-       ¿Estás ocupado?- preguntó Gorgorito
-       Nooo!... solo estaba pensando  que regalarle a mí esposa. Es que hoy es su cumpleaños  y no se me ocurre nada.  Pero  tengo algo claro,  que tiene que ser hecho por mí, porque así, sería un regalo especial.- contestó Serafín.




-       ¡Haaayyy  pero  que casualidad, yo tengo un problema parecido y me parece que tengo la solución a tu problema! Dijo Gorgorito con asombro y decisión.

-       ¿No me digas…cuál…? preguntó Serafín también asombrado.
-       Te cuento…hoy es mi aniversario de boda, hace dos años que me casé con Bely.- comentó Gorgorito.
-       ¡Pero qué bien, felicidades! -  exclamó Serafín y le preguntó intrigado:
-       ¿Pero… cuál es  tu problema?    
-       Que yo tampoco  sabía  que regalarle, hasta que anoche me acorde de ti.- le dijo Gorgorito.
-       ¡De mí!- respondió asombrado  Serafín.



-           ¡Sí, de ti! Como sé  que eres tan habilidoso con la madera y  que a Pata Grande  le hiciste un marco de madera para una foto. Vine a ver si me podías ayudar.- Comentó Gorgorito.
-         ¿Pata Grande, quién es?- dijo Serafín pensando sin poder recordar quién era.
-         ¡Sí, cómo se llama…! Gregorio Pata Grande. ¡El elefante que es farmacéutico y  vive en el pueblo vecino!  ¿Te acuerdas de él?- exclamó Gorgorito ante la cara de asombro de Serafín.



-       Hayyy…, si, si, si, si, si… el farmacéutico ya lo recuerdo. Vino a que le hiciera un marco para la foto de su hija, es que mi hijo va al mismo curso que ella y le comentó que yo era carpintero. ¡Perdóname,  pero mi memoria falla un poco! - le contestó Serafín afligido.
-       Ya lo sé y deberías ir al médico y hacerte ver esas cosas Serafííínn...- dijo Gorgorito regañándolo.
-       Pero ahora lo importante es que hagas un marco para ésta foto.- dijo Gorgorito sacando una foto de su bolsillo y mostrándosela a Serafín. En ella estaba Gorgorito y su señora.


-         Quiero que hagas un marco tallado en madera, así se lo regalaré a mi esposa en nuestro aniversario con esta foto y si quieres puedes hacer otro para tu señora, así se lo regalas con una foto por su cumpleaños.- explicó  Gorgorito al ver la cara de su amigo que no entendía bien lo que quería.


La emoción que le produjo esa idea tan maravillosa de Gorgorito  conmocionó a Serafín haciendo que sus ojos salieran de sus orbitas, su cerebro bailara de alegría y su corazón galopara a toda carrera hacia el infinito. Después de un rato, cuando pudo reaccionar dijo sonriendo:

-       Ahhh,¡¡ Qué buena idea!! 

 Sin querer y gracias a la idea de su amigo ya tenía regalo para su esposa y eso lo puso tan contento que se había olvidado de que Gorgorito estaba ahí.
Empezó a sacar retazos de madera que tenía. Abría y cerraba cajones buscando cosas. Preparaba herramientas sobre la mesa de trabajo,  que posiblemente iba a usar, todo era necesario para una idea tan buena… todo, no podía faltar nada.


Esto ocurría bajo la atenta mirada de Gorgorito que ante tanto revuelo se colocó en un rincón del taller bien pegado a la pared, sin entender mucho la actitud alocada de su amigo.



-       Eemm, eemm.- tosió Gorgorito para que Serafín le prestara atención.
-       Uyyy, discúlpame, pero con la alegría me había olvidado que estabas ahí.- dijo Serafín excusándose.
-       No pasa nada, ¿me puedes ayudar?- dijo Gorgorito.
-       Sí pero… hay un problema!!.- contestó Serafín.
-       ¿Cuál?- Preguntó Gorgorito.
-       No tengo suficiente material para hacer los cuadros. A parte como tú sabes, hace tiempo que dejé de trabajar como carpintero por mi pulso que no es el mismo que hace años atrás.- dijo Serafín afligido.
-       ¡Bueno, no te hagas problema que yo te voy a ayudar!- dijo Gorgorito entusiasmado.


Al ver la cara de alegría de Gorgorito ante la posibilidad de ayudarlo, Serafín le contó:
-       Sí, pero  tengo otro problema. 
-       ¿Cuál?- Preguntó Gorgorito con desesperación ante tantos peros.
-       Es que la única carpintería que hay en el pueblo es la de Isidoro y yo estoy peleado con él. Porque es un caballo arrogante y vengativo.- dijo Serafín con desilusión.



-       ¿Y cuál es el problema, él no vende madera?- Preguntó Gorgorito.
-       Sí!!!.- contestó Serafín.
-       ¡Haaaay amigo, te ahogas en un vaso de agua! - Exclamó Gorgorito que siempre tiene soluciones en la manga.
-       ¿¡A ver… que se te ocurre ahora!?- Preguntó Serafín que siempre tiene que pensar mucho las cosas.
-        ¡A ver!... vamos los dos y te quedas en la esquina esperándome, no entras tú a comprar, entro yo con una lista y lo compro todo, ¿Qué te parece?- Contestó Gorgorito sacando pecho, orgulloso de su agilidad mental.
-       ¡¡Geniaaaal!!.- Dijo eufórico Serafín. Los dos amigos se dieron la mano sellando la idea.
Serafín hizo la lista con todo lo necesario para hacer los marcos y fueron a la carpintería de Isidoro.


Estos dos amigos con tanta charla y risa durante el camino, se habían olvidado del plan, llegando Serafín hasta la puerta de la carpintería,  y con tanta mala suerte que Isidoro estaba ahí, en la puerta de la carpintería y este al ver a Serafín dijo enfadado:
-       Aaahh!! no, no, no, no aquí no se permiten burros.- 
-       ¡Pero bueno, ni que fueras un perro y nosotros apestosos!- contestó Gorgorito.
-       ¡Ahh siiií,  ahora  tampoco entras tú… apestoso!- Dijo Isidoro de mala manera cerrando la puerta de la carpintería en la cara de Gorgorito sin dejarlo pasar.
-       ¡Pero bueno…! - Gritó Gorgorito, golpeando la puerta.
-       ¡Déjalo Gorgorito!, no nos atenderá por más que insistas. Es muy tozudo.- dijo Serafín calmando a Gorgorito.
Los amigos fueron hasta la esquina sin saber qué hacer. Gorgorito que era el de las ideas geniales no se le ocurría nada. Ahí estuvieron un buen rato hasta que pasó Don Gregorio Pata Grande que estaba de visita en casa de un amigo. Al ver a Serafín en la esquina sentado con cara de preocupación se acercó y le dijo:

-       Serafín, ¿qué tal amigo…  te ocurre algo?
-       Hola, ¿cómo estas Pata Grande?-  Contestó Serafín tristemente.
-       ¿Qué te pasa?- Insistió Pata Grande.
-       Bueno… es que por una discusión que tuve hace años con Isidro el carpintero, no puedo entrar a comprar a su negocio y como vio que Gorgorito viene conmigo tampoco lo deja entrar a él y necesitamos comprar unas cosas.- Dijo Serafín afligido.
-       ¿Pero qué problema?... ¡Creo tener la solución! - Dijo Pata Grande sonriendo
-       ¡Siiii!.- exclamaron al unisonó Gorgorito y Serafín.
-       ¡Dame la lista que entro yo! - Dijo Pata Grande con decisión. 
 Y así fue, Serafín entregó la lista a Pata Grande y este compró  todo lo necesario para hacer los dos marcos sin olvidarse de nada.
Luego de acomodar todo en el lomo de Serafín y despedirse de Pata Grande se fueron al taller y se pusieron manos a la obra.
A Gorgorito le gusta cantar mientras trabaja así que comenzó a entonar una canción titulada “hay que día” una composición de Gorgorito, la cual inspiró a Serafín para hacer el tallado de los marcos.


Una vez terminado el trabajo faltaba el gran detalle, ¡la guinda del pastel, lo que hace que destaque el elegante marco! es decir: la foto.
Gorgorito entregó la foto a Serafín con mucho cuidado de no estropearla y Serafín sacó una que tenía en un  cajón en el taller, las colocó cuidadosamente cada una en un marco y listo. ¡Eran unos marcos preciosos y las fotos hacían que resaltaran aún más!
Serafín envolvió prolijamente los marcos y les colocó un moñito como detalle del cumpleaños y  aniversario de sus respectivas esposas. 
A continuación entregó el regalo a Gorgorito y éste le dijo:

-       Gracias amigo, siempre estas cuando te necesito.-
-       No, gracias a ti que me diste la idea.- contestó Serafín.
-       ¡Y a Pata Grande que nos hizo la compra!.- dijeron los amigos riendo
Gorgorito se fue a su casa y Serafín a la suya.
En sus casas estaban sus señoras esperándolos ya con la cena puesta en la mesa y sus hijos sentados listos para cenar.
Gorgorito y Serafín llegaron casi a la misma hora a sus casas. Y tras el regaño que le dio Doña Josefina por llegar tan tarde a Serafín, este  le dijo:


-  ¡¡Feliz Cumpleaños, querida!! - entregándole el regalo.


Gorgorito con un poco más de astucia, miró primero por la ventana y vio que su mujer estaba en la cocina con cara de enfadada. Entró de puntillas para no hacer ruido y escabulléndose fue a la cocina y la pescó de sorpresa por la espalda dándole un susto terrible. Y con mucha algarabía  le entregó el regalo diciendo:

-  ¡¡Feliz aniversario, querida!! -

Bely y Josefina se quedaron sin palabras ante  la sorpresa del regalo de sus esposos. Eran tan bonitos, que se olvidaron lo tarde que habían llegado y abrazaron y besaron a sus esposos agradeciendo el detalle. 
Los cuadritos ocuparon un lugar privilegiado en la estantería de recuerdos de cada una de las casas.
Y así, todos juntos, ¡cada uno en su casa!, se sentaron alrededor de la mesa para cenar y festejar el cumpleaños y aniversario en  familia,  charlando hasta entrada la madrugada, de las cosas que cada uno vivió en un día tan particular en el Valle de Cañada Alta.

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