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Cómo escribir poesía - El primer pensamiento



El primer pensamiento


Escribir no es una tarea fácil pero si gratificante. Muchas  veces para que venga el primer pensamiento es cuestión de estar frente al papel un buen rato, esto se puede llamar bloqueo literario, pero de esto hablaremos más adelante.
Ahora vamos a hablar de la poesía y el pensamiento. La poesía y el pensamiento son dos estados diferentes, el pensamiento es la idea bruta, por decirlo de alguna manera y la poesía es ese pensamiento pero lo debemos perfilar y pulir para llegar a nuestro propósito. Es dichoso aquel que ha podido experimentar este fenómeno de escribir a la primera el poema final. Es que la poesía y el pensamiento dividen al hombre en dos mitades: “el filósofo y el poeta”. Esto quiere decir que en poesía hallamos al hombre concreto, individual y en filosofía lo hallamos en su historia universal, en su querer ser. La poesía en un don, un encuentro. En cambio la filosofía, busca, es un requerimiento guiado por un método. Eso dicen por ahí, pero bueno dejemos esto a los filósofos y centrémonos en el pensamiento.
Las historias son infinitas como las gotas de agua en el mar, pero hay que centrarse en una. Cortázar decía que las historias lo elegían a él y no él a ellas. Recuerda llevar siempre un bolígrafo y una libreta en el bolsillo, cualquier situación o imagen puede ser el hilo para comenzar a escribir, puede ser, el primer pensamiento. Abre tus ojos de escritor, afina el oído, aprende a escuchar a las musas y no busques, encuentra. Una sola palabra que germine del pensamiento o de tu mente, será más que suficiente para que nazca un verso o un relato.

¿Cómo empezar?


Leyendo, leyendo mucho. Yo leo mucho y distintos tipos de géneros y artículos que versan sobre lo que me apasiona, que es la escritura. Desde hace algunos años aprendí que hay que leer en voz alta y eso es lo que te recomiendo a ti querido amigo, que leas en voz alta. Leyendo en voz alta se desarrolla el oído y es muy importante a la hora de escribir ya que se percibe con mayor claridad, la sonoridad y el ritmo de las palabras. Lee en voz alta a los clásicos o a tus poetas favoritos, ya que si lees en silencio o en voz baja, apenas reconocerás el ritmo, la rima, las cacofonías, la música que las palabras tienen para ofrecerte en su juego silábico. Lee mucho en voz alta y podrás algún día no necesitarlo más que de vez en cuando, porque ya habrás logrado reconocer la perfección del verso, su sonido real dentro de ti. No tengas miedo y no pienses que te estás contaminando con la lectura de otros poetas, pensar eso es un error muy grave. El miedo al plagio ciega a la hora de superarte y crecer. Así que ya sabes, un buen poeta es ante todo un buen lector.
Cómo empezar: Leyendo ¡recuérdalo!  y mucho. Busca en tu interior o en el mundo que te rodea esa imagen perfecta para comenzar. Trata de buscar esa chispa que puede nacer de un fragmento de un verso. Déjate llevar por la idea, por el pensamiento, por tus sentidos. Que la emoción fluya hacia el poema. Escribe rápido para captar todo lo que se aglomera en tu cabeza y luego busca las conexiones y los enlaces para formar las frases, los versos, el relato, la historia. Se creativo y piensa qué quieres lograr con lo que has escrito.
En resumen: Para escribir primero lee, que nada se interponga entre el libro y tú. Luego deja que brote el sentimiento y escribe libremente y sin censuras. Guarda lo escrito por un tiempo y cuando lo creas oportuno léelo, reescribí, pule el texto y quita lo que no es necesario, agrega lo que creas convenientes, no uses los adjetivos de manera abusiva, solo ponlos si son necesario, sino quítalos. Cuando se corrige también se tacha, se borronea. Se sugerente no expliques demasiado deja que el lector descubra el sentimiento que te impulsó a escribir.   
Un ejercicio para cuando no sabes que escribir, porque, siempre hay que escribir, aunque sea un verso, escribir es un hábito de vida, una disciplina.
Toma una hoja y traza una línea vertical dividiendo la hoja en dos. De un lado escribe 10 palabras, las primeras que se te vengan a la cabeza. Ahora toma el diccionario de tu biblioteca y ábrelo sin mirar en cualquier página y señala con el dedo una palabra al azar, así 10 veces. Una vez escritas las 20 palabras enlázalas y trata de encontrar la metáfora, forma frases con cierta coherencia.
Por Ejemplo: 
Manos   cielo
Alma    ruido
Mis manos tocan el cielo / cuando el ruido del alma / cae sobre el papel.     


SUERTE EN ESTA AVENTURA. BUCEA EN TU UNIVERSO Y POR SOBRE TODO CONFÍA EN TI Y PONTE A ESCRIBIR.

Comentarios

  1. ASÍ ES COMPAÑERA, AUNQUE MUCHAS VECES DA LA IMPRESION DE QUE "EL DICCIONARIO", VA DENTRO DEL PENSAMIENTO, A POCO BROTAN LAS PALABRAS SEGÚN VAS LEYENDO CUALQUIER TEMA.
    GRACIAS, SALUDOS.

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