Ir al contenido principal

VIVIR LA SEMANA SANTA


La semana santa son esos días donde no importa tanto el trabajo sino el anhelo de hacerlo juntos, son días importantes en nuestra vida. Días en donde nuestras manos son una y elevan a la virgen al cielo. Por el mes de febrero empiezan a sonar nuestros tambores y bombos para que el toque sea perfecto, para que ese dolor que sintió María bendiga nuestros pasos en procesión. Cada día nos inunda una ilusión, ¡tal vez distinta!, pero desde el momento que vestimos a la virgen, hasta que se guarda el último enser, hacemos como un juramento interno, en silencio  y toda la cofradía brega, por un bien común.
Este año nos toca preparar la semana santa, representar al pueblo de Calanda en la ruta del tambor y del bombo y eso, nos une aún más. No importa el idioma que se hable, nos hermana un lazo tan fuerte como la FE, y así, nos vamos apoyando en escala descendente: las mayores a las medianas, las medianas a las pequeñas; las madres a las hijas, las tías a las sobrinas en confraternización para mejorar el toque entre risas y charlas. No falta nunca los momentos de tensión que como en toda familia se solucionan con la convivencia de nuestros ensayos tratando de transmitir  siempre nuestro fin determinado que es la adoración a la virgen.
Preparar la semana santa no es tarea fácil. No hicieron falta muchas llamadas para que nuestro si comprometido se uniera en hermandad.  ― ¿Este año somos protagonistas?: Sí ― y esperamos con mucha alegría subir al Nazareno al calvario y bajar el Cristo acompañado por nuestros tambores y bombos y por el pueblo entero. Esperamos también el pregón de María Jesús Aguilar, ese primer bombazo que dará Ana Luengo al romper la hora, el estar todas juntas alrededor del gigante bombo que el ayuntamiento coloca en la plaza mayor y hacer de ese sonido el latido de nuestro corazón.
Cómo vive la semana santa  nuestra cofradía “La dolorosa”, con sentimiento místico por nuestro amor a la virgen, con entusiasmo al sentir nuestros tambores y bombos, con alegría al ver a las niñas pequeñas coger los palillos del tambor  y pegar golpes al unísono. Con el esfuerzo y la voluntad que cada integrante de nuestra banda de tambores y bombos pone al asistir a cada ensayo. Con ilusión y esperanza cuando las costaleras se miden para encontrar su sitio bajo la peana  y con la devoción y el amor que mueve a cada cofrade de la dolorosa, todos los años en cada procesión y en cada momento de la semana santa.

Graciela Giráldez- Marzo 2016

Comentarios

  1. Que bello relato Graciela, y que bonito tener esa fe tan grande compartiendo momentos tan especiales, en esos trabajos de preparación, para culminar en lo principal.
    Fue muy gustoso pasarme por aquí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El yo poético y la voz del narrador

El poeta suele hablar en primera persona cuando crea el poema, es decir, en un yo poético. Recuerda siempre que, un poema se construye desde los silencios, de la distribución de las palabras en el papel, la medida, la sonoridad de las palabras y la relación de los significados de cada palabra y dicha construcción en el universo del poeta, la expresión de su sentimiento, la mirada que tiene del mundo, etc. Existen tres niveles de comunicación en un poema: Una interna, establecida por los personajes. Una externa, entre el autor y el lector reales. Una comunicación que media entre los dos anteriores que son el autor y el lector implícito. El yo aparece en el poema. Esta primera persona puede identificarse con el autor real, esto es la primera persona propia . Después está la primera persona ajena, este yo no puede identificarse con un autor real, es una voz ficticia tanto en el título como en el texto. Luego está la primera persona generalizada,   es cuando aparece un “nosotr

Los gritos de la tierra II

Muy buenas queridos y queridas. Espero que el verano los trate como realmente se merecen y se cumplan todos los deseos que al universo hayan pedido.  Recordar ser prudentes y que todo lo que se ve fuera es nuestro reflejo o por lo menos eso dicen.  Quiero compartir con todos ustedes la alegría que me aconteció escribir el prólogo de Los gritos de la tierra II .  Cuando mi amiga y colega Stella Navone me convocó para escribir tan bello reto dudé y al empezar a leer los escritos, aún en bruto de algunos autores que componen esta antología, se amontonaron las lágrimas en mis ojos,  tal vez en forma de protesta, por las diferentes acciones que muchos humanos tenemos con el medio ambiente, con lo animales y hasta con otros seres humanos.  Al leer  y reflexionar sobre este tema tan aterrador me surgen una series de preguntas que me gustaría compartir con ustedes  ¿realmente somos así? o ¿nos crean a su imagen y semejanza?, no deberíamos ser la imagen y semejanza de Dios ¿o yo estoy equivocad