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DÉJAME SER














Deja que me arranque la piel
y pueda sentir el frío de los senderos
que acariciaron tus manos.
Deja que me ahueque la carne
y lime  mis huesos para entender el dolor
del cariño que te retiene en el pasado.
Deja que me olvide de todo y pueda morir
para entrar en tu alma.
  
Quiero abandonar este ser egoísta
que me cubre cuando esos fantasmas
penetran en nuestra congruencia.
Quiero ser la lluvia que azote el cristal de tu ausencia,
el idioma de la noche donde sumerges la sonrisa,
la señal del calendario que te observa
desde un rincón de tu voz.

Déjame ser
algo más que el mutismo que hilvana tu vida.
Déjame ser
el galope salvaje que te conduce al grito del sueño,
el continuo vapor de tu sangre
y dame la posibilidad
de comenzar a comprenderte en el glorioso viaje, 
que nos lleva al exilio del presente.

Publicado en el Tren de abril, año 2014

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