Se mezclan los contornos del alma y el griterío marea la estrategia del ánimo, la noche abraza a esta confusión que no acepta la crítica de la distancia. Una lámpara empalidece por momentos, jugando con la aureola que hay entre lo que dejamos y lo que vendrá. El tiempo está sólo. Navega en el interior de un cristal en busca de los sueños. La mirada siente cómo la realidad contempla a la memoria descender de la corriente de un grito, deteniéndose a orillas de esta cama para convertirla en infierno. No hay nada peor que el ruido con unas décimas de alcohol y, si bien los lazos de la vida son inalcanzables, todo asoma al firmamento en una mezcla paradójica del destino. Publicado en el Tren de abril, año 2014
AVENTURAS EN VERSO - POESÍAS RELATOS Y OTRAS HIERBAS